En 1º nos pusimos un reto: Lograr una redacción que contara con un narrador objetivo, distante, que sólo mediante la descripción de los objetos de un lugar, nos contara una historia. Nos inspiramos en Para objetos solamente, uno de los cuentos de M. Benedetti, recogido en La muerte y otras sorpresas.
Aquí os dejo el trabajo de Noelia (1ºE). Esconde una historia muy interesante que revela a una gran escritora. ¡Sigue así!:
La puerta estaba abierta. Las cámaras de televisión entraron. En la habitación no había nadie. Empezando de derecha a izquierda, la cámara fue grabando.
En la primera pared hay un escritorio de madera de encina. Encima de él un par de carpetas con horarios, fechas de acontecimientos y algo más, pero no se ve a simple vista; también hay un ordenador portátil encendido; en la pantalla se pueden distinguir fotos de una boda y por último, un portalápices con bolígrafos y pinturas de cera. Debajo de la mesa hay una papelera llena de papeles de regalo y lazos muy coloridos. Justo en frente del escritorio, en la pared , una estantería con libros de terror, amor y risa y junto a ellos, unas horquillas con piedrecillas medio transparentes simulando diamantes, que se deben de haber dejado allí por casualidad.
Llegando a la segunda pared, hay una cama de matrimonio sin hacer. Las sábanas son blancas con bonitos bordados y el edredón rojo con los bordes blancos. A su lado hay una mesilla con un joyero hecho de porcelana y a su alrededor, varias joyas de poco valor : anillos, pulseras, collares, pendientes de plata o bronce. Dentro del joyero una cajita azul marino abierta. Dentro de ella no hay nada, sólo una pegatina que pone: “oro de primera ley”. En la mesa también hay una libro de lectura: los siete Sabios. En el suelo, un monedero abierto; por lo que se puede ver no tiene dinero.
Pasando ya la segunda zona, la cámara se acerca a la tercera. Allí hay un armario, también de encina, con una puerta abierta. Se ven camisas blancas y azules, trajes y vestidos. Las camisas son de hombres y los trajes también. En uno de ellos hay, concretamente en su bolsillo, un papel en el que pone: “Boda de Isabel y Ernesto”. Más que un papel parece una invitación. En el suelo, junto al armario, se ven zapatos colocados en línea. Unos negros con cordones y otros blancos con tacón. Al lado del armario, una puerta abierta que conduce a otra sala: el cuarto de baño. Allí hay un espejo, una estantería con gomas, peines, pintalabios … y en el lavabo, dos cepillos de dientes y una crema. En el baño hay una bañera enorme de dos plazas y a su lado un perchero con dos albornoces. El inodoro está al fondo.
Siguiendo por la habitación llegamos a la cuarta pared. Allí hay una puerta abierta y un cuadro con dos personas. Una de ellas era una chica es una chica joven con una bonita sonrisa. Al otro lado, la persona que debe de ser su novio, un chico moreno alto y guapo.
Al pasar por la puerta nos encontramos con la cocina. Allí está la nevera, el lavavajillas, el horno y varias estanterías cerradas. Hay también cajones a medio abrir y uno abierto. En la cocina observamos una mesa y una ventana. La mesa está sin poner, sólo hay un mantel de flores y una botella de vino con dos copas vacías. La ventana da al exterior. Ésta está abierta, el viento entra por ella y las cortinas se mueven. En el suelo, junto a la ventana, un cuchillón un poco doblado, a causa de un esfuerzo hecho con él. En la cocina hay un teléfono, pero está descolgado.