La columna desarrolla un comentario personal
sobre un tema de actualidad.
Características:



-
Una presentación del tema. Una
introducción sobre lo que se va a hablar.
-Opinión u apreciación sobre el tema. Se informa y analiza en
forma breve y mediante un lenguaje personal, apoyándose en argumentos, haciendo
la condición subjetiva la característica más relevante de sus escritos.
-Cierre. Es importante rematar de una manera entretenida o con una
buena conclusión que deje al lector satisfecho de la columna.


Ejemplos de columnas de El Mundo.
Esta es la columna seleccionada por uno de vuestros compañeros. Intentad identificar las características que hemos citado más arriba en ella.
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
Esta es la columna seleccionada por uno de vuestros compañeros. Intentad identificar las características que hemos citado más arriba en ella.
_______________________________________________________________________________
‘Carpe diem’
Nuestros antepasados latinos nos lo enseñaron: disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles
No es que no tenga temas sobre los que escribir. En realidad, lo
único que sobra últimamente en España son argumentos de ficción y no
ficción, casi todos, por desgracia, del género de terror. Corralito sí, corralito
no, los recortes de los viernes, la prima por las nubes, la Bolsa por
los suelos, la soledad del banco azul, el talento de Rato, el porvenir
del Estado de las Autonomías... Y así, hasta el infinito. Podría
escribir muchas columnas diferentes, todas de rabiosa actualidad. Pero
la actualidad últimamente es tan efímera, que las verdades como
catedrales de hoy resultarían pasado mañana delirantes ensueños de
optimismo.
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.
_______________________________________________________________________________
¡Sed felices!