La columna desarrolla un comentario personal
sobre un tema de actualidad.
Características:
Emisor:
colaborador
habitual del periódico. No pertenece a la plantilla del periódico, pero
mantiene una estrecha colaboración con el mismo. Suele ser un personaje
destacado del mundo literario o intelectual. Firma la noticia y, en muchas ocasiones,
su imagen acompaña la noticia.
Mensaje: combinación de elementos
referenciales reales con elementos ficticios. Es el género que combina la realidad
periodística con la ficción literaria. Lo literario no aparece como
un elemento caracterizador del estilo, sino como un elemento caracterizador del
contenido del mensaje. Se busca entregar un momento más
recreativo que informativo al lector, dándole al periodista la libertad de
pasearse entre la literatura y el periodismo, para así, hacer llegar al lector
su punto de vista frente al tema que sea. Las temáticas de las columnas son muy
variadas, ya que no existen márgenes en estos artículos, la idea es que se
presenten temas interesantes, que pueden abordarse desde la absoluta seriedad
hasta situaciones cotidianas sobre asuntos como la cultura, las modas, la
política, la economía, la sociedad, el deporte, la música, el humor, entre
otras.
Estructura:
libre. Sólo
cabría hacer su caracterización externa: la brevedad. Si se llama
columna es porque ocupa el espacio de una columna. Suele ofrecer:
-
Una presentación del tema. Una
introducción sobre lo que se va a hablar.
-Opinión u apreciación sobre el tema. Se informa y analiza en
forma breve y mediante un lenguaje personal, apoyándose en argumentos, haciendo
la condición subjetiva la característica más relevante de sus escritos.
-Cierre. Es importante rematar de una manera entretenida o con una
buena conclusión que deje al lector satisfecho de la columna.
Intención
del discurso:
principalmente dar a conocer la opinión del autor, pero sin abandonar una finalidad literaria (placer estético). Es un espacio para que un
periodista dé su opinión personal sobre algún tema en particular, el cual no
necesariamente tiene que estar asociado a un hecho de actualidad. En este caso,
se cambia el concepto de interés general por interesante. Es decir, que sea una
columna entretenida y que aporte algo al lector, aun cuando sea sólo un poco de
humor.
Aspectos
lingüísticos:
reflejarán el particular estilo de su autor. Están muy presentes todos los
recursos que conducen al humor y al juego con los lectores: juegos de palabras,
ironía, exageraciones, etc...
Ejemplos de columnas de El Mundo.
Esta es la columna seleccionada por uno de vuestros compañeros. Intentad identificar las características que hemos citado más arriba en ella.
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Esta es la columna seleccionada por uno de vuestros compañeros. Intentad identificar las características que hemos citado más arriba en ella.
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‘Carpe diem’
Nuestros antepasados latinos nos lo enseñaron: disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles
No es que no tenga temas sobre los que escribir. En realidad, lo
único que sobra últimamente en España son argumentos de ficción y no
ficción, casi todos, por desgracia, del género de terror. Corralito sí, corralito
no, los recortes de los viernes, la prima por las nubes, la Bolsa por
los suelos, la soledad del banco azul, el talento de Rato, el porvenir
del Estado de las Autonomías... Y así, hasta el infinito. Podría
escribir muchas columnas diferentes, todas de rabiosa actualidad. Pero
la actualidad últimamente es tan efímera, que las verdades como
catedrales de hoy resultarían pasado mañana delirantes ensueños de
optimismo.
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.
Por eso prefiero volver la vista atrás, hacia nuestros antepasados latinos, que para los bárbaros del Norte eran un hatajo de holgazanes hedonistas y derrochadores, ensimismados en placeres estériles, tan improductivos como la filosofía. Ellos nos lo enseñaron, disfruta del día, no desperdicies las horas de hoy, porque son únicas e irrepetibles, porque son tuyas, y cuando vuelen, no las recuperarás.
Eso es todo lo que puedo decirles hoy, carpe diem, porque ni siquiera Merkel tiene poder para arruinar la dulzura de la primavera en el sur de Europa, el aire fresco, crujiente, de estas mañanas que parecen estrenar el universo entero en cada amanecer. Disfrútenlas, salgan a la calle, siéntense al sol y resistan en el bendito nombre de la felicidad. Niéguense a acatar una angustia mucho más estéril, más improductiva que el optimista hedonismo que nos reprochan, porque los que dicen que saben, no saben nada, porque los que tenían la clave, no tienen ni puñetera idea, porque la verdad de ahora, será mentira mañana, pero el día de hoy nunca volverá. Carpe diem. Piensen en latín, porque si alguien ha sabido alguna vez lo que significa perder un imperio, fueron ellos, y sin embargo, aquí seguimos estando.
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¡Sed felices!