¿Truco o trato?
Y... por si no lo tenéis claro: la diferencia entre la literatura fantástica y la literatura de terror, (para saber más Los cuentos clásicos de terror: Conclusiones generales, de Joan Escudé González).
La aparición de un fantasma en la acción de un cuento produce...terror, pero, el fantasma es un recurso que nos proporciona lo fantástico, ya que estos seres no existen en la realidad como ya sabíais; por tanto, son personajes inventados por la fantasía con la función de asustar a aquellos que leyeran o escucharan sobre ellos.
Es necesario decir que no toda la literatura fantástica produce un efecto terrorífico, ni tampoco toda la literatura de terror utiliza recursos fantásticos para conseguir su objetivo. ¿Hasta aquí claro?
El calificativo fantástico se usa para establecer el ámbito al que pertenece el relato, es decir, al que pertenecen sus recursos, su ambientación, sus personajes, etc. El término de terror queda reservado para el efecto que produce la lectura de la obra sobre el receptor del mensaje, la impresión que produce en el lector, es decir, la lectura de historias ambientadas en extraños lugares y en las que aparecen extraños personajes pueden producir miedo en el lector, convirtiéndose por tanto la susodicha historia en una narración de terror.
La justificación para esta distinción es muy clara. El miedo más intenso es el miedo a lo desconocido y ¿qué se desconoce más que lo que no existe? Además, si a este desconocimiento se añaden otros eternos temas que producen miedo como la muerte, el dolor o la tortura, el efecto es mucho más intenso, y es de aquí de donde salen los seres sobrenaturales que pueblan los universos de la literatura fantástica y de terror de los últimos siglos.
Adiós... Y... ¡Sed TerrorÍfiCamEnte FELICES!
Ah, el que quiera un positivito, que me entregue el lunes un relato terroríiiiiiiifico. Aunque... Lo que realmente me daría pavor sería que no tuviera ni faltas ni errores de redacción.